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lunes, 3 de agosto de 2009

Temblores de Coyotes

Vi a Nessa mirar a Edward y Edward dirigió sus ojos dorados hacia mi hermana, tragué saliva, sabía que Edward Cullen era una mala influencia para ella por muy guapo que le pareciese . Me los quedé mirando como una tonta sin saber qué hacer, al final decidí acercarme, me percaté de que no hablaban, solo se miraban fijamente, intentaban leerse el pensamiento, fruncí el ceño ¿cómo era posible que Edward pudiese leer el pensamiento si era humano?, se acercó a mi hermana y pude ver como su blanca mano acariciaba su mejilla, me pareció ver que mi hermana se ponía colorada, pero eso era imposible, ella no era humana.
-Edward…-musitó ella, acercándose más, mis manos sudosas empezaron a temblar, pronto todo mi cuerpo estuvo sacudido de fuertes temblores, sacudí la cabeza, no quería convertirme en coyote. No ahora. No delante de todos. Bella me puso una mano en el hombro
-¿Te encuentras bien?-parecía preocupada
-Perfectamente-contesté intentando sonreir
-Vidia ¿asi es como te llamas?
Asentí encogiéndome de hombros
-Es un nombre bonito-me contestó acariciándome el pelo-Oye, ¿te apetece salir luego?
Antes de que pudiese responder, el aullido de mi hermana resonó por todo el gimnasio
-¡¡No te atrevas a tocar a mi hermana!!
-Solo quiero ser su amiga-protestó Bella
-Ella no va a ser tu amiga- mi hermana parecía furiosa –Puede ser amiga de cualquier otra persona pero tuya no .
-¿Por qué no Nessa?-inquirió Edward, no lo había visto llegar, no sé pero tenía la sensación de que no era humano.
-Es una mala influencia-mi hermana lo dijo con la mirada ausente, sin mirar a Edward
-Bella es una buena persona-la contradijo él
-¡No la conoces!-le espetó Nessa aunque sabía que eso no era cierto
-¿Qué no?-Edward sonrió con su sonrisa torcida, la sonrisa qué tanto le gustaba a mi hermana-¡Estoy saliendo con ella!
Fue un duro golpe para Nessa, su cuerpo empezó a temblar como lo había hecho el mío antes, me entró el pánico, me acerqué y le susurré a Nessa
-Tranquilízate, ya sospechabas eso ¿No?
Se tranquilizó , teníamos a toda la clase mirándonos, y la profesora de Gimnasia totalmente aterrorizada , por suerte sonó la campana del segundo recreo y pudimos alejarnos de las miradas curiosas para poder hablar un rato, aunque sabía que no duraría mucho